Bocanada #6 – ICC
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Bocanada #6

Desde el miedo: exploración práctica y algunos misterios.

Por Joaquín Prino

Decidí hablar del miedo. Fue algo espontáneo, que refleja alguna necesidad o vínculo con el tema. Pasé varios días pensando en el miedo, hablé con varias personas, escuché sus temores, los míos. No encontraba ángulo, espacio para darle una reflexión original, con chispa, como ustedes se merecen.

A los pocos días caí en la poesía. El miedo me llevó a su cueva, y ahí lo encontré. Busqué mis preferidos, releí cada poema sugerente al tema, reservé algunos versos y comencé a escribir. Algo se esconde en algún lugar y parece que espera algún suceso para saltar. Hay un símbolo cubierto de agua turbia que espera. Todo es lo primero y, de alguna forma u otra, engaña nuestro espíritu y comparte el mismo engaño. Cada quien en lo suyo, escondido en sí. Y a la espera… a la espera. Cada movimiento desentierra el cadáver del futuro, que parece siempre estar despierto. Se arruga el tiempo y cambia de forma, como mariposa triste. En los sonidos está la alerta y la desesperación.

¿Y si se rompe? ¿Y si no me quiere? ¿Y si sale del barro en forma de bestia y muerde fuerte el brazo de mi padre?

Hay tormentas que caminan y sueñan con las tristes vespertinas verdes, con un frío que lento cubre tus alas de vapor, de guerra, de tiempo y de pasión, de descubrir el ritmo interno del corazón escaparado de los domingos y su ministerio de la “autonomagia”. Le tengo terror a los demonios… quiero decir: a los domingos. El miedo corre en algún lugar. Está metido y siempre amenaza. Es una mirada negativa del futuro con datos del pasado. El presente es una suposición cargada de símbolos y datos que luego integramos en un futuro desconocido. El miedo otorga la resolución de datos biométricos y avanzados sonidos. Es una carga de sentido y una mágica consecuencia.

Es el miedo una opción y una postura, una forma de ser consciente de nuestro destino más certero.

¿sus frases contradicen al señor del misterio?

Podría sentir miedo todo el tiempo. Algo terrible podría pasar en cualquier momento. No solo causa miedo lo personal, sino —más que nada— lo relacionado a un otro. No creo exagerar si digo que los padres sienten más miedo por sus hijos que por ellos. El miedo colectivo —sentir miedo por el conjunto, por el otro— es un acto de amor. El miedo arde y cuando salgo todo resulta novedoso. El miedo es amor, y también es cruel con uno mismo. Solemos acostumbrarnos a nuestro deseo y a nuestra forma de vivir. Salimos de casa vestidos de princesas, caminando al mar de la gente, y se comunica nuestra novela como camino de soles y guaridas del cansancio.

Le tengo miedo al sufrimiento. Miedo al que escondo. Miedo a acabar derrotado por mi poca fe. Miedo a escapar de esta tormenta, desenterrarme vivo y ver máscaras rodeadas de perfumes. Entonces ignoramos la posibilidad de lo fatal y tenemos la esperanza de que nada va a pasar.

Muchas veces el miedo inicia la catástrofe. Nada más que el miedo y una sola misión. El miedo es carne, piel. Cuando se avecina la bestia, se siente amenazado, tiene hambre. Uno es uno con él y agarra lo más cercano. Todo es constante. Todo es sigiloso. Todo es macabro. Sientan dentro de ustedes el miedo, y hagan de él melodía, esperanza y fe.

Libros que estuvieron cerca:

 *Inferno (poesía completa) – Reinaldo Arenas
Poesía escrita en prisión y exilio cubano. 

*Poemas 1969–1985 – Osvaldo Lamborghini
Fragmentos de una obra radical y discontinua.

*Escribir como escupir – Leopoldo María Panero
Poemas escritos desde clínicas psiquiátricas españolas.

*Poesía completa – Alejandra Pizarnik
Diario, infancia, muerte y lenguaje como obsesión.

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